C.E.P.A. LEGIÓN V (Mérida, Spain)

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Teatro Romano de Mérida / ROMAN THEATRE, MÉRIDA (Spain)

martes, 5 de abril de 2011

GENERACIÓN WOMAD por J. R. ALONSO DE LA TORRE

GENERACIÓN WOMAD

«Es que eso de la revolución suena a Franco, a antiguo, a cosa de padres»

El segundo trimestre del curso, que tradicionalmente estaba lleno de huelgas y protestas, ha sido el más plácido que se recuerda en el año de más paro juvenil

03.04.11 - 00:18 -
 
La escena se desarrolla en un aula de Filología de la Universidad de Extremadura, campus de Cáceres. El profesor habla de la revolución, del conformismo de los jóvenes, de la necesidad de sublevarse y protestar contra el imperio del dinero y la dictadura financiera. El profesor recuerda cuando en el centro universitario de Cáceres había una efervescencia reivindicativa que clamaba por la democracia y la libertad. Al otro lado del estrado, en las mesas corridas, los alumnos atienden, pero a sus ordenadores. Hay división de estrategias revolucionarias: la mayoría conspira en el Tuenti y una minoría se rebela en Facebook y en Badoo. La escena es real como la vida misma. En realidad, es la vida misma.
Acaba el segundo trimestre, el que tradicionalmente se dedicaba en la universidad a las huelgas, los encierros y las protestas. Pero ha sido el trimestre más pacífico que se recuerda. En el año de la crisis, del paro juvenil, de los mileuristas por decreto, de la generación mejor formada, pero peor pagada. En el año más duro para la juventud, la desmovilización ha sido absoluta.
«Es que eso de la revolución suena a Franco, a antiguo, a cosa de padres", me cuenta una alumna universitaria. ¿Y quién es Franco para ellos? Si hago caso a esa estudiante, un friki que sale en el Google Maps. Sí, la calle Pintores se sigue llamando Generalísimo Franco en Google y en Badajoz, Guadiana es del Caudillo y Villafranco, del Guadiana. "¿No ves?, un friki del tiempo de nuestros padres, cuando se hacían revoluciones", ironiza la universitaria.
Esta semana se ha presentado en Madrid el panfleto "Indignaos". Es un libro escrito por el nonagenario francés Stéphane Hessel, un hombre que participó en la Resistencia francesa, fue deportado por la Gestapo, sobrevivió a tres campos de exterminio (él no entendería que existiera un VillaHitler del Rhin) y participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hessel se desespera al constatar la indiferencia y falta de coraje de los jóvenes.
Presentó su libro en compañía de otro comprometido nonagenario español: José Luis Sampedro. Creen que los jóvenes de hoy se están jugando la libertad y los valores más importantes de la humanidad. Los exhortan a levantarse, a sublevarse pacíficamente, a comprometerse y romper con el desánimo.
Pero los jóvenes siguen metidos en el Tuenti, viviendo una vida ficticia en la que se sienten libres. Crean mundos alternativos y virtuales: granjas con animalitos e intercambian productos en la red con los dueños de otras granjas. O personajes con una vida social perfecta que manejan a su antojo. Son juegos y en ellos se refugian para recrear su sociedad perfecto.
Los jóvenes cacereños no se indignan, desertan y se encierran en un mundo paralelo que es virtual por un lado o festivo por otro. Este fin de semana no hay revolución, sino Fiesta de la Primavera en el hípico desde las cuatro de la tarde del jueves y Fiesta de la Cerveza en la plaza de toros, también desde el jueves. La revolución cervecera la organiza una empresa de A Coruña, que ha descubierto las ansias de 'movilización' de esta ciudad que quiere recuperar sus buenos tiempos festivos de los 90.
Fue entonces cuando se produjo el último levantamiento juvenil que se recuerda en Cáceres. La masa se revolvió contra el poder. Fue una revolución canónica, clásica, en la que se atacaron los tres símbolos clásicos de la opresión: el Múltiples, el Gobierno Civil y la banca. ¿Kale borroka por la libertad en abstracto? No, aquello fue una revuelta para que se permitiera beber hasta el amanecer, divertirse sin horarios ni controles. Desde entonces, en Cáceres nadie se indigna y si se indigna, lo hace en el café de las 11.
Son los mejor formados y los peor pagados. Y no tienen trabajo ni perspectivas de tenerlo. Pero la sociedad se ha organizado para entretenerlos hasta el infinito: las carreras se alargan: grados, master, posgrado, doctorado. En medio, Erasmus, Séneca. Y presidiéndolo todo, Ryan Air. La revolución se llama low cost.
Además, siempre sale algún empleo temporal de reponedor, carretillero, comercial. Son los empleos más ofertados, o sea, los peor pagados y los que menos formación exigen. El caso es ir tirando y tener para salir y para algún viaje, alguna ropa, algún gadget. Indignaos, claman Hessel y Sampedro y el personal los mira extrañado y regresa al privi del Tuenti: "Empanadillaaaaaa.... este finde fiesta de la primavera!!! jejeje, titiiii dime la ora a la k salgais ok???teQuieroo, un kisito".